SLOWMOTION, o como hacer cámara lenta.

Hoy vamos a hablar de la técnica del SlowMotion, o dicho de otra forma, de las cámaras lentas en los videoclips musicales.

El SlowMotion es una técnica que consiste, básicamente, en conseguir clips de vídeo que se reproduzcan a una velocidad notablemente más baja de lo normal, obteniendo así momentos fotográficamente muy estéticos y con cierto encanto visual.

Pero, ¿como se consigue?

Un vídeo o película normal se graba y reproduce a una velocidad de 24 o 25 fotogramas por segundo (fps). Se suele usar 24 tradicionalmente en el cine y 25 tradicionalmente en TV. En internet (youtube, por ejemplo) es indistinto usar 24, 25 u otras velocidades, y dependerá del criterio artístico del creador de ese vídeo.

Para obtener Slow Motion basta con que durante la grabación usemos una velocidad de paso superior a 24 o 25.

Por ejemplo, podemos grabar a 48 fps para obtener posteriormente una cámara lenta con una velocidad 50% más lenta de lo normal (sobre una base de reproducción de 24 fps), o a 50 fps para una base de 25 fps.

Pero si queremos conseguir una cámara lenta más acusada, tendremos que recurrir a grabaciones con cadencias superiores a 48-50.

Siguiendo esa regla de tres, endentemos que si grabamos a, por ejemplo, 96 fps o 100 fps, obtendremos una cámara lenta de un 25% respecto a la velocidad normal.

Y así progresivamente.

Matizar que es tan importante la velocidad de grabación como la de reproducción, porque de nada serviría que grabásemos a 50fps, y luego reproducimos el clip también a 50fps. No conseguiríamos ver ninguna cámara lenta, y además nos generaría una sensación de textura plástica demasiado realista, alejándose por tanto de las estéticas cinematográficas que tanto nos gustan.

Para trabajar esta técnica necesitamos, por tanto, una cámara que permita grabar a más de 48 fps.

Afortunadamente, hoy en día existen en el mercado una gran surtido de cámaras de cine profesionales que permiten registrar a dichas velocidades de paso.

Por ejemplo, la cámara de cine URSA mini 4.6k de BlackMagic permite grabar hasta 120 fps (reales) en 2k de resolución. Sin dudas una opción muy interesante.

Aunque si queremos explorar el mundo desde una perspectiva muy diferente, como si el tiempo si hubiera casi detenido (pero no), tendremos que buscar cámaras especializadas en slow motion, que si bien no son aconsejables para un uso genérico, en lo que se refiere a la grabación de cámaras lentas no tienen competencia. Y en ese rango encontramos la famosa Phantom que, en las versiones más extremas, ¡pueden hasta con relaciones de más de 100.000 fps ! (si, se que te acaba de reventar la cabeza imaginándolo…)

En los videoclips musicales es muy habitual usa esta técnica, y es que se pueden conseguir situaciones muy sugerentes y elegantes con un poquito de slow motion. Nos encanta observar el mundo poco a poco…

Y después de tanto “rollo” técnico, para muestra un botón. A continuación un videclip internacional del grupo FUN, donde la técnica del super slow motion ha sido fundamental:

Y aquí un videoclip marca de la casa con un uso más discreto del slow motion:

Y no lo olvides, tanto para emplear la técnica del slowmotion como para cualquier otra técnica, confía en los profesionales de la creación de videoclips.

Videoclips a vista de pájaro (vídeo con drone)

No cabe duda que la tecnología drone ha venido para quedarse. Estos aparatos voladores han irrumpido en varios sectores, como la agricultura, ingenierias, transporte… y como no, el sector audiovisual.

Esta revolución viene dada, en gran parte, gracias al aporte de la marca DJI, creadora de su milagrosa serie Phantom.

Y pese que a DJI le han salido muchos competidores, la serie Phantom y la serie Inspire (para los más pudientes) siguen siendo modelos ideales para la grabación estandar de vídeo aéreo.

El mundo del videoclip no es ajeno a esta revolución, y cada vez más son los videos que incorporan, como recurso, la captación aérea de secuencias.  Y es que, por lo general, nos gusta mucho observar la cotidianeidad desde un punto de vista diferente o perspectiva nueva. Filmar las cosas desde arriba nos puede aportar espectacularidad, frescura y ritmo.

La primera cosa importante a tener en cuenta a la hora de ponernos a volar es  la legislación de cada pais. En España ( y practicamente en toda Europa) la normativa es muy clara, y está regulada por AESA (agencia estatal de seguridad aerea) .

Para poder volar profesionalmente un drone como el Phantom III, es necesario ser piloto autorizado. Necesitaremos la siguiente documentación:

– Certificado Médico

– Certificado teórico de piloto

– Certificado práctico de piloto

– Seguro obligatorio (para el drone)

– Autorización como operadora

– Chapa identificativa en el drone

Una vez tengamos todos estos requisitos y nos lancemos a volar con nuestra aeronave, tendremos que vigilar las siguientes limitaciones normativas:

  • Está prohibido sobrevolar zonas urbanas
  • Está prohibido sobrevolar aglomeraciones de personas
  • Está prohibido sobrevolar zonas de tráfico aéreo (especialmente cerca de aeropuertos)
  • Altura máxima 120 metros
  • Distancia máxima 500 metros (se podria enviar a más de 500 metros si nos concedieran un NOTAM, pero es algo bastante improbable)

Tampoco se pueden sobrevolar parques naturales o zonas protegidas.

Aunque es cierto que las limitaciones legales son muy notables, con un empleo inteligente y eficaz del drone, se pueden obtener unos planos espectaculares con estas máquinas.

En particular, los drones de la serie Phantom ofrecen calidad a un precio razonable. Hablamos de una aeronáve profesional, de uso facil. Facil, porque los automatismos y ayudas de la máquina hacen que volar con ella sea casi un juego de niños. No obstante, no hay que confiarse y la manipulación de estos drones tiene que hacerse con responsabiliad, conocimiento y experiencia, para evitar accidentes (todos recordamos aquel concierto de Enrique Iglesias…)

La calidad de imagen que nos ofrece el Phantom es muy digna. Quizás es algo limitada para su uso en cine, no tanto por la resolución (hay modelos en 2.7 y en 4k) sino por su rango dinámico y la compresión. Pero no se puede pedir más a una máquina que ronda los 1.000 euros, pesa 1.3 kg, vuela y además graba vídeo profesional, ideal para videoclips y proyectos (no tan) low cost.

Así que, no te cortes y deja volar tu imaginación, y rueda tu videoclip con un drone.

Eso sí, como siempre confía en los profesionales del sector. No solo te evitarás problemas legales (y una tediosa multa de AESA), sino que contarás con la experiencia y oficio suficientes para exprimir al máximo estos juguetes, que tanto nos gustan.

Abróchense los cinturones que despegamos…